4/25/22

ANA CRISTINA CESAR, POETA DE LA “GENERACIÓN DEL MIMEÓGRAFO” O “POESÍA MARGINAL”

 




Qué fue la “Generación del Mimeógrafo” o “Poesía Marginal”


 

Ana Cristina Cesar, poeta, traductora y crítica de arte  fue una personaje importante en la historia literaria brasileña, contribuyendo activamente a las discusiones políticas e intelectuales de su tiempo.

 

Dotada de una conciencia crítica privilegiada, creía que la Literatura y la vida eran inseparables. En la década de 1970 se destacó por su poesía intimista marcada por la informalidad y su talento para diferentes aspectos de la actividad intelectual.


 Ana C, como también se la conocía, pertenecía al grupo denominado “Generación del Mimeógrafo” o “Poesía Marginal”, inspirado en los movimientos de contracultura. La principal característica de esta generación fue la búsqueda de medios alternativos para la circulación de sus obras, ya que las grandes editoriales mantuvieron sus puertas cerradas a estos escritores.


Un movimiento revolucionario y “fuera del sistema”


La Poesía Marginal, un movimiento literario brasileño de las décadas de 1970 y 1980, recibió su nombre no porque fuera de la periferia, sino por el formato en que sus obras eran publicadas y difundidas, es decir, en los márgenes del mercado editorial. Floreció en un momento político convulso y bajo la censura impuesta por la dictadura militar.




Esta producción poética “fuera del sistema” fue difundida por los propios poetas a partir de pequeñas tiradas de ejemplares mimeografiados repartidos de mano en mano en calles y plazas, o incluso arrojados desde lo alto de los edificios. También vendían su arte a bajo costo, en bares, plazas, teatros, cines, universidades, etc.

 

Los escritores y poetas de la época tuvieron que lidiar con la violencia de la dictadura, tanto la visible, en las calles reprimiendo a los ciudadanos, como la invisible, que se observaba en los medios de comunicación. En lugar de los clásicos temas nacionales, abordados por la Literatura convencional, los autores buscaron inspiración en temas como la vida cotidiana, el color de la piel, el cuerpo y la sexualidad. Esto ciertamente no agradó a los militares.




La producción de estos poetas reflejó también los deseos y angustias de una generación que vivió la implementación de la Ley Institucional Número Cinco, AI-5, y, en consecuencia, ya no pudo cuentar sus historias por el intenso rigor de la censura. A menudo criticaron la noción establecida de poesía y el requisito de un lector bien preparado para comprender sus textos.

 

El tema cotidiano y erótico estaba lleno de sarcasmo, humor, ironía, blasfemias y jergas de la periferia. Los poetas marginales rechazaron cualquier modelo literario y por lo tanto no “encajaron” en ninguna escuela o tradición literaria.

 

La antología 26 poetas hoy, de Heloísa Buarque de Hollanda

 

Con la publicación del libro 26 poetas hoy, en 1975, Heloísa Buarque de Hollanda, maestra y doctora en Letras Brasileñas, reunió a los principales escritores marginales de la época en una antología que les dio visibilidad y provocó mucha polémica porque una buena parte de la crítica no consideró como poesía los textos seleccionados por ella. En 1976, gracias a este libro, Ana Cristina Cesar ganó mayor visibilidad y fama. Heloísa Buarque se convertiría más tarde en la supervisora ​​de su maestro.

 

La editorial española Labor, que acabava de llegar a Brasil, invitó a Heloísa a organizar una antología con la poesía de los llamados Hijos de la Dictadura. Sería el primer lanzamiento de la filial brasileña. Como resultado, la Poesía Marginal entró en el circuito comercial con el aval de una importante editorial, que aseguró su distribución. Esta presentación crítica contribuyó a legitimar la Poesía Marginal.

 

¿Un extraño en el nido o un nido extraño para ella?

 

Ana Cristina se diferenció de este grupo por su estilo de escritura propio, fuertemente influenciado por la lectura de escritores de renombre y su experiencia con la crítica y la traducción. El lugar de la Literatura, para la autora, era un lugar de resistencia. Resistencia también al lugar de donde ella venía, la clase media de la Zona Sur de Río de Janeiro, que no la representaba o, por lo menos, no quería representarla. Estar en un lugar “especial” dentro de la Poesía Marginal también le molestaba. Le gustaba escribir y que la leyeran, pero evitaba presentarse. Es inevitable no notar, en las letras de sus poemas, cómo le molestaba esta exposición.




Las características únicas de su escritura

 

Críticos y estudiosos señalan su sólida formación teórica y académica como uno de los elementos diferenciadores de su obra. Sus textos se caracterizan por un discurso confesional, tono coloquial, ironía y fragmentación. Debido a su vasto repertorio intelectual, su poesía superó las agendas ideológicas.

 

Ana creó su propia dicción, combinando prosa y poesía, pop y alta Literatura, lo íntimo y lo universal, lo masculino y lo femenino. Debido a un sentido estético único, se diferenció de sus contemporáneos. En este sentido, su obra presenta características únicas, que no le permitirían ser considerada plenamente como una poeta marginal.

 

Para algunos estudiosos, su producción literaria no rompe del todo con los modelos convencionales y en ella se pueden encontrar referencias a renombrados autores de la Literatura nacional e internacional.




La carta y el diario, dos géneros marcados por la intimidad ya veces considerados menores, destacan en la poética de Ana Cristina. En sus cartas, la escritora tenía un destinatario definido, alguien a quien no sólo hacía confesiones, sino que también trataba diversos temas. La escritura de su diario describe situaciones cotidianas.

 

La vida cotidiana se presenta en sus textos como una necesidad de escribir un diario a través de la poesía. Diario de emociones, invasiones del alma, de hablar del cuerpo, preferentemente del suyo. Esto a veces le trae arrepentimiento por haber contado el hecho, pero resuena con alivio por haber sido expuesto.




Primeros poemas de una niña nacida poeta


Entre fragmentos de diario, cartas ficticias, cuadernos de viaje, atrevidos resúmenes, textos en prosa y poemas líricos, Ana Cristina cautivaba a sus interlocutores, en un permanente juego de velar y develar. 


De niña, en el Colegio Bennett, donde su madre era maestra, Ana Cristina mostró talento para la Literatura. En 1956, con apenas cuatro años, recitaba sus primeros versos a su madre porque aún no dominaba la escritura.




La primera publicación de sus poemas, a la edad de siete años, fue en el periódico Tribuna da Imprensa de Río de Janeiro. De 1961 a 1963 completó la escuela primaria y secundaria en la misma escuela, donde creó el periódico Juventud Infantil.

 

El poema Uma poesia de criança (la poesía de una niña) fue uno de los primeros en ser publicado. La composición, con cinco estrofas, apareció en agosto de 1958 en el boletín escolar destinado a las maestras de la primera infancia del Colegio Bennett.

 

Contacto con la Literatura inglesa y su interés por la traducción

 

En 1969, Ana Cristina Cesar hizo un programa de intercambio en Inglaterra y pasó una temporada en la Universidad de Essex, en Londres, con una beca otorgada por instituciones protestantes. El contacto con la Literatura inglesa despertó su interés por la traducción de piezas literarias.

 

En 1980 recibió el título de Master of Arts en Teoría y Práctica de la Traducción Literaria. La obra más destacada en el género es The Annotated Bliss, con 80 notas explicativas, traducción del célebre texto de Katherine Mansfield, que legitima su talento como traductora y constituyó su tesis de maestría en Essex. En esta traducción, el personaje de Bertha Young vive un momento como si “de repente se hubiera tragado el sol de la tarde y le quemara dentro del pecho”.




 

El suicidio, el trágico final de una vida intensa y productiva

 

El 29 de octubre de 1983, a la edad de 31 años, Ana Cristina César se arrojó desde la ventana del séptimo piso del edificio donde vivían sus padres. El suicidio fue, simbólicamente, el sello puesto en su vida de poeta que, sumado a su poesía, transformó la figura de Ana Cristina César en una especie de mito. Por otro lado, esto trajo un presupuesto negativo a su obra y llevó a críticos y lectores a acoger su poesía como los escritos de una potencial suicida que, poco a poco, revela sus intenciones.

 

Biografía corta

 

Ana Cristina Cesar nació el 2 de junio de 1952 en Río de Janeiro, hija de una familia protestante educada de clase media. Su madre, Maria Luiza Cesar, era profesora de Letras y su padre, Waldo Aranha Lenz Cesar, era sociólogo y teólogo, con una participación activa en el movimiento intelectual, no solo en el campo religioso. Waldo fue miembro fundador de la Editora Terra e Paz.

 

Ana se graduó en Letras en la Pontificia Universidad Católica de Río de Janeiro, en 1975, y completó su maestría en la Facultad de Comunicación de la UFRJ. En 1975, Heloísa Buarque de Hollanda, también su maestra, la incluiría en la antología 26 poetas hoy, una selección de talentosos representantes de la generación de esa década.

 

César comenzó a publicar poemas y textos en prosa poética en la década de 1970 en colecciones, revistas y periódicos alternativos. Sus primeros libros, Cenas de Abril y Correspondência Completa, se publicaron en ediciones independientes.

 

Armando Freitas Filho, poeta brasileño, fue el mejor amigo de Ana Cristina, a quien le dejó la responsabilidad de cuidar póstumamente de sus publicaciones. La colección personal de la autora está bajo la tutela del Instituto Moreira Salles. La familia hizo la donación mediante la promesa de que los escritos se quedarían en Río de Janeiro.

 

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4/10/22

ALAÍDE FOPPA – POESÍA, FEMINISMO Y SECUESTRO MISTERIOSO EN GUATEMALA

 





Secuestro y desaparición aún sin explicación

 

En 19 de diciembre de 1980 la poetisa Alaíde Foppa desapareció en la ciudad de Guatemala alrededor del mediodía. Según dos testigos oculares, ella y su conductor, Leocadio Actun Shiroy, fueron detenidos por hombres armados, probablemente del Servicio de Inteligencia del Ejército de Guatemala G-2 orden del gobierno militar del general Fernando Romeo Lucas García.  Su esposo, Alfonso Solórzano había sido ministro del gobierno del presidente Jacobo Arbenz Guzmán y fundador del primer sistema de seguridad social de Guatemala.


Ella era la presentadora del programa radial Foro de la mujer, transmitido por la emisora ​​Universitaria, Radio Universidad. Su trabajo en este programa puede haber causado su desaparición. Recientemente ella había grabado una entrevista, que aún no se había emitida, con mujeres indígenas de la provincia de Quiché en Guatemala, una de las áreas más activas de oposición guerrillera al gobierno militar del país.


Después de la desaparición de Alaíde Foppa, sus familiares registraron los hospitales de la ciudad de Guatemala, pero no encontraron ningún rastro de ella. Se hicieron llamamientos al gobierno (dos de los cuales eran entonces miembros de su familia) a través de organismos internacionales como el Comité de Derechos Humanos de la ONU, a través de una larga lista de intelectuales y figuras culturales de renombre internacional.


Alaíde Foppa fue poetisa, traductora, crítica de arte, docente y activista feminista. Habló por las mujeres que fueron silenciadas durante la dictadura de su país. Denunció a los intocables y la injusticia en Guatemala. En 1980, exiliada en México, viajó a Guatemala con la intención de renovar su pasaporte y visitar a su madre. Callar su voz fue el motivo de su desaparición.

 

Durante los primeros años posteriores al secuestro, varios amigos todavía esperaban o exigían que volviera con vida. El escritor hondureño Augusto Monterroso también trató de hacerle espacio a este duelo. En su diario, La Carta, de 1984, observa la patria de Foppa desde el avión camino a Managua, y recuerda con dolor a su amiga:

 

Guatemala ahora “pasa” por debajo de nosotros. De nada [...]. Abajo en las montañas, en las ciudades y en los pueblos, nuestros amigos de lucha, nuestros muertos; un día más en sus vidas y en sus muertes por una causa que tampoco es la de los norteamericanos, y que dice que esa es la causa: la causa popular, la poeta Alaíde Foppa, torturada, asesinada y desaparecida; la de sus hijos, muertos en combate.





Elena Poniatowska, escritora y periodista mexicana, ganadora del Premio Cervantes de Literatura en 2014, dice que le cuesta aceptar la desaparición definitiva de la poeta y piensa: “Ahora abrirá la puerta y entrará. El teléfono sonará y escucharé tu voz”.

 

Muchos autores que la conocieron personalmente destacan su carácter dulce, su personalidad encantadora, su cultura y también su labor como feminista e intelectual.




Cuatro décadas de agitación política

 

La Revolución de Octubre de 1954, en Guatemala, neutralizó todos los intentos parlamentarios de mantener el sistema tradicional, abriendo espacio para todos los cambios democráticos en un país marcado por sucesivos golpes militares, acuerdos oligárquicos y represión.

 

La Revolución generó cambios democráticos y la Ley de Reforma Agraria. Juan José Arévalo, el primer presidente electo democráticamente, inició un proceso de modernización del Estado, ampliando sus funciones y el acceso de la población a los servicios públicos.

 

Su sucesor, Jacobo Árbenz Guzmán, tuvo como objetivo avanzar en los procesos de transformación. Sin embargo, el 19 de diciembre de 1954, un golpe de Estado obligó a la renuncia de Árbenz, e instaló la sangrienta dictadura de Carlos Castillo Armas, comandada por Estados Unidos.




Guerra civil en Guatemala

 

Ocurrida entre los años 1960 y 1996, fue una guerra entre diferentes grupos guerrilleros y el gobierno. Las estimaciones indican que aproximadamente 40.000 personas desaparecieron y 150.000 perdieron la vida.

 

Sus orígenes se remontan al golpe de Estado de 1954. Esta estrategia había sido trazada por la CIA de los Estados Unidos. El dictador Carlos Castillo tenía conexiones con escuadrones de la muerte y grupos anticomunistas. En 1958, Castillo fue asesinado y reemplazado por el general Miguel Ydígoras Fuentes.

 

En 1960, jóvenes soldados opuestos a las acciones del gobierno guatemalteco organizaron un levantamiento, pero no tuvieron éxito. Tras el fracaso, estos soldados desertaron y se pusieron en contacto con las fuerzas armadas del gobierno de Cuba, que recientemente había consolidado un régimen socialista.

 

Durante la década de 1970, algunos de los hijos de Foppa se involucraron con la guerrilla, principalmente con el Ejército Guerrillero de los Pobres (EGP). En 1980 muere su hijo Juan Pablo en Nebaj, ciudad guatemalteca del departamento de El Quiché. Su esposo fue atropellado y asesinado en 1980.

 

Participación política

 

Foppa comenzó a involucrarse políticamente después de la muerte de su hijo Juan Pablo. Su lucha por los derechos de las mujeres y los indígenas fue fundamental para el feminismo en México, donde cofundó la revista Fem en 1976. Su trágica muerte es también el tema central del libro de Gilda Salinas, Alaíde Foppa – el eco de su nombre, que une testimonios de amigos y familiares con fragmentos ficticios en los que la autora intenta imaginar lo que debió pasar por la cabeza de la poeta en los últimos momentos de su vida.




A fines de 1996, se firmó un acuerdo de alto el fuego permanente entre el gobierno y la guerrilla. Se instituyó una amnistía general tanto para los militares guerrilleros responsables de fechorías en acciones. El gobierno se comprometió a reformar las estructuras con el objetivo de lograr la paz y el desarrollo del país.

 

Exilio en Mexico

 

En el momento de su primer exilio en México, de 1931 a 1944, era profesora en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México, donde ocupaba la cátedra de Literatura Italiana y Sociología. El exilio definitivo se produjo entre 1954 y 1980. El motivo principal del segundo exilio fue que su marido, Alfonso Solórzano, era comunista.

 

Se dice que Foppa nunca se sintió profundamente exiliada porque se sentía totalmente intelectual con el ambiente que encontró en México. Su casa se convirtió en un lugar de encuentro intelectual. Para ella, la vida en México fue, sin duda, un enriquecimiento, una promesa, tal como lo define Amy Kaminsky (PhD. Profesor of Gender, Women and Sexuality Studies, University of Minnesota):

 

El sentido de identidad del exilio y el sentido de que el exilio es una utopía (un no lugar) con la promesa de que al menos sobrevivirá, se transforma en el sentido de sufrimiento de la diáspora en el lugar, si no en el lugar. La Diáspora conecta a los exiliados con intelectuales y escritores que ya estaban en el país cuando ocurrieron los golpes, que también se sienten conectados.




 

La importancia de la traducción en su carrera

 

Alaíde Foppa es conocida principalmente por su poesía, pero fue una mujer multifacética: activista, crítica de arte, editora de la revista Fem Literatura, académica de la UNAM donde dictó clases a mujeres y, finalmente, traductora.

 

Al enumerar estas actividades, a menudo se agrega al final su trabajo como otras actividades, como si fuera secundario e insignificante para sus actividades. Incluso algunos autores ni siquiera mencionan su trabajo como traductora. Sin embargo, la traducción no debe interpretarse como un aspecto secundario de su obra, sino como fundamental.

 

Foppa traducía textos de muy diversa índole, normalmente por encargo. A principios de la década de 1940, recién radicada en Guatemala, trabajaba como traductora en la Embajada de Italia y colaboraba como crítica de arte y poeta en el grupo Saker-Ti. Al mismo tiempo, fue directora del Instituto Italiano de Cultura y su labor como traductora estuvo comprometida con la dirección del Instituto.

 

También en México tuvo que adaptarse a la traducción e interpretación. Cada vez más trabajó como traductora simultánea, de italiano a francés y viceversa, de italiano y francés a español o viceversa, además de la posibilidad de traducción al español de España, México, Guatemala o Argentina.




 

Actividades Feministas y Literarias en México

 

En 1954, Alaíde se exilió en México y se convirtió en profesora de la UNAM - Universidad Nacional Autónoma de México, donde se impartió el primer curso de sociología para mujeres en América Latina. También fue crítica de arte y en 1977 organizó una exposición de mujeres artistas en el Museo de Arte Carrillo Gil.

 

En 1976 cofundó la revista Fem, el primer semanario feminista de México. También colaboró ​​en Foro de Mujeres, programa de radio de la Rádio UNAM.

 

Fue miembro activo del Grupo Internacional de Mujeres contra la Represión. Produjo más de 400 programas de radio en el Foro de mujeres. También publicó los poemas Las palabras y el tempo, La sin ventura, Elogio de mi cuerpo, Los dedos mi mano, Auque es de noche y Guirnalda de Primavera.

 

Uno de los primeros pasos en la revalorización de su obra poética fue, de hecho, la publicación de la Antología Poética, preparada por Luz Méndez, escritora, periodista, actriz y poeta guatemalteca.

 

¿Cómo definir su nacionalidad?

 

Alaíde nació en Barcelona en 1914, pasó su infancia en Argentina y parte de su juventud en Italia, donde estudió historia del arte y las letras. Hija de madre guatemalteca y padre argentino, nacida en Barcelona y luego naturalizada guatemalteca. Según Franca Bizzoni, Foppa no estaba segura de qué era: “Se sentía muy conectada con Italia, no sé si italiana, mexicana o guatemalteca, ya ni sabía qué era. ¡O Argentina! Ella no tenía nacionalidad, digamos, lo que sentía era guatemalteca e italiana y amaba mucho a este país.”




 

Homenajes

 

En 2014, en el centenario del nacimiento de la poeta, se estrenó el documental Alaíde Foppa, la sin ventura. Con motivo de la entrega de premios al mejor documental en el Festival Ícar, su hija Silvia dijo que "a diferencia de la familia de los años, que la familia de los años celebró el aniversario de la muerte, probablemente ahora que la hija del centenario más internacionalmente un partido."


A cuarenta años del secuestro y desaparición forzada, Radio UNAM rindió homenaje a la obra social y literaria de Alaíde Foppa, Una fénix de Palabras, y recordó su obra poética, su legado y su activismo feminista. Una miniserie, que se transmitió del 7 al 9 de diciembre de 2020, con retransmisiones los sábados 12, 19 y 26 de diciembre de 2020, en 96.1 FM y 860 AM.

 

El programa abordó temas controvertidos y sin precedentes, como la despenalización del aborto, la anticoncepción, la maternidad, la liberación de la mujer, la alienación parental, la violencia de género, los derechos de las trabajadoras sexuales y el acoso.



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